29 - 3 - 2024

EDICION 2010


Finalistas al mejor artículo de opinión sobre economía 2010

 

El jurado de los Premios Periodísticos 2010 en su reunión mantenida el día 11 de noviembre ha decidido nombrar finalistas de la tercera edición al Premio al mejor artículo de opinión sobre economía a los siguientes artículos y autores:

 

 

 

"Crecimiento o barbarie" por Joaquín Estefanía

 

 

"Las dos caras de la crisis" por Javier Vega

 

 

"La actual especulación sobre la alimentación mundial" por Juan Hernández Vigueras 

 

 

 

Se recuerda que los ganadores de cada una de las categorías de premios se darán a conocer en el transcurso de la Cena de Empresista que se celebrará el próximo día 26 de noviembre a las 20,30 hora en el Hotel Santemar de Santander.

 

 

Crecimiento o barbarie

(Joaquín Estefanía)

 

A lo largo de este artículo se plantea la imposibilidad de articular medidas que permitan reducir al mismo tiempo las elevadas tasas de desempleo y el exceso de déficit público que sufren tanto la economía española como otros países de nuestro entorno en Europa.

 

Joaquín Estefanía plantea como gran paradoja el hecho de que los mismos Estados que se han visto abocados al endeudamiento para poder salvar de la quiebra a grandes bancos y sectores productivos enteros, son acusados ahora de derrochadores del dinero de los contribuyentes por quienes han sido los beneficiarios de esas medidas.

 

Como consecuencia de la presión ejercida por los mercados financieros, los gobiernos se ven obligados a reducir el déficit y la deuda sin tener en cuenta los efectos perjudiciales que estas medidas tienen sobre el crecimiento económico y el paro, de manera que da por hecho que, en este enfrentamiento, han ganado unos "mercados descontrolados" cuyo funcionamiento se basa, por definición, en la especulación.

 

La reacción ante esta situación se materializó en Europa en la dotación de un fondo de estabilidad que permitiera frenar las maniobras especuladoras  y  en severos planes de ajuste a aplicar por los países más afectados, medidas todas ellas que poco tienen que ver con dejar actuar al mercado por sí mismo como elemento regulador y que ponen de manifiesto que "no hay salida sin intervención pública".

Ello implica la adopción de medidas de ajuste que se alejan sensiblemente de las líneas políticas del actual gobierno español, que las impone como "injusticia necesaria o injusticia obligatoria" ante el elevado nivel de endeudamiento general de la sociedad (administración pública en todos sus niveles, empresas, hogares y sector bancario) y que además no son compartidas por una oposición insolidaria que demanda medidas de lucha contra el déficit (derogación de subida de IVA, reducción de cotizaciones sociales y de la imposición sobre las impresas, etc.) que, a juicio de Estefanía, sólo generarán más déficit.

 

Como consecuencia de todo ello y ante la presión ejercida por los mercados financieros, las preguntas que quedan en el aire son si las medidas de ajuste terminaran por provocar un estallido social como el griego y hasta donde pueden llegar los ajustes sin anular las posibilidades de crecimiento en Europa durante una larga temporada.

 

 

Las dos caras de la crisis

(Javier Vega)

 

Javier Vega hace una fotografía del "desconcierto ante un sistema que ha entrado en crisis pero cuyo posible recambio se desconoce" y que provoca un reforzamiento de las posiciones ideológicos basado en cargar la culpa en los otros con el único objetivo de no quedarse fuera cuando se consolide un nuevo orden económico.

 

El artículo pone en evidencia como keynesianos y liberales se trasladan responsabilidades sin querer reconocer que ni unos ni otros son capaces de dar una solución a una crisis que no responde a tratamientos sintomáticos del desempleo, el déficit, etc. porque es una crisis sistémica que exige un cambio más profundo que el del modelo productivo.

 

Los liberales, una vez superado el sentimiento de culpa como autores intelectuales del desastre económico, cargan contra un intervencionismo que ha prometido a los ciudadanos más de lo que les podía dar y que ha impedido que el mercado pusiera a cada uno en su sitio.  Mientras, los keynesianos ven como causa de todos los problemas el estallido del sistema financiero internacional provocado por los especuladores.

 

Pero ni unos ni otros son capaces de ver que han entrado en crisis tanto el sistema económico liberal como la sociedad del bienestar.  Si la crisis es sistémica y las posibilidades de crecimiento son escasas o prácticamente nulas, el sistema económico liberal deja de ser viable, lo mismo que el Estado del Bienestar, cuyo coste está descontrolado en sus dos principales partidas, sanidad y jubilación.

"Conclusión: si la crisis es sistémica, identificar a los malos de la película es reconfortante pero no da cuenta de la raíz del problema y creer que el problema se soluciona con la designación de unos superreguladores estatales sería igualmente ingenuo"

 

 

La actual especulación sobre la alimentación mundial

(Juan Hernández Vigueras)

 

El artículo hace una reflexión de cómo los mercados de materias agrícolas han dejado de estar únicamente condicionados por factores directamente relacionados con la producción para pasar convertirse un activo más dentro de los mercado financieros.

 

Hernández Vigueras pone sobre la mesa la amenaza de que la importante subida de precios del grano que se produjo durante el verano pueda desencadenar una nueva crisis alimentaria similar a la que se produjo en 2.008.

 

Esta situación, cuyo detonante ha sido la expectativa de reducción de las cosechas en Rusia, Ucrania y algunas zonas de Europa occidental y la prohibición rusa de exportación de trigo, se ha visto agravada por el propio funcionamiento de los mercados.

 

Las grandes multinacionales de la alimentación han adelantado los contratos de futuros para garantizarse el abastecimiento y la especulación puramente financiera ha hecho el resto. Los contratos de suministro futuro, valorados inicialmente en base al precio de la materia prima, se convierten en un producto financiero más en el momento en el que el riesgo es trasladado a otros.  A partir de entonces, la gran banca financiera se convierte en el principal operador de los derivados de materias agrícolas, garantizado sus ganancias a través de la negociación en los mercados, la intermediación, el asesoramiento, etc.

 

"Esta especulación ajena a los mercados reales, desestabiliza los precios de la materia prima agrícola"

 

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